jueves, 14 de marzo de 2019

CAPITULO 7



Junto a nosotros pasaron dos hombres vestidos de amarillo y azul, arrastrando un carro con dos pilas de neumáticos cubiertos por unas fundas negras.


Había cajas con material por todas partes; gente yendo y viniendo, y algunas personas conversando en grupo, en una actitud que no parecía la de gente que planea una estrategia de carrera, sino la conquista del mundo.


Si todos allí se tomaban tan en serio su trabajo como Érica, no era demasiado descabellado pensar que su misión era como la conquista del mundo. La competición debía de ser extrema... y también despiadada.


—Esto parece el Ejército —me susurró Lorena mientras la mujer continuaba recitado una interminable lista de cosas que no podíamos hacer.


—Paciencia, de cualquier modo lo pasaremos bien, ya verás.


—Eso espero; empiezo a pensar que esto será trabajo, trabajo, trabajo y nada más.


Como si nos hubiese oído, cosa que resultaba poco probable porque había demasiado ruido a nuestro alrededor y ella iba un par de metros por delante de nosotras, Érica se giró a mirarnos. Empujé a Lorena hacia delante.


—Mejor nos centramos o nos quedaremos sin trabajo antes de empezar siquiera.


Nos alejamos de lo que imaginé que era la zona de carga y descarga de materiales para aproximarnos al circuito propiamente dicho, a las tribunas especialmente alzadas para el evento. En unos días eso se llenaría de fanáticos deseosos de velocidad.


—Lo pasaremos bien igual —la animé.


—No estoy segura de que haya sido una buena idea venir.


—¡Ah, eso sí que no! Ahora mejor le pones buena voluntad y una sonrisa a la situación, que ya tuve bastante con soportar a mi madre por esto. Así que sonríe e intentemos disfrutarlo al máximo juntas. Aunque no podamos ver o hacer demasiadas cosas, se trata de una experiencia única. No me la arruines, Lore; quiero regresar a casa con un buen sabor en la boca.


—Tienes razón. —Mi amiga sacudió su cuerpo, en especial los brazos y las manos, como si quisiese quitarse de encima el mal humor que quería apoderarse de su mirada—. Lo pasaremos genial.


Quedamos rodeadas de edificaciones y camiones con las identificaciones de los equipos; había personal de los mismos por todas partes, de aquí para allá, pilas y pilas de cajas con material, carpas a medio montar, autoelevadores, contenedores... Todo estaba en pleno proceso de construcción.




No hay comentarios:

Publicar un comentario